El fuego irradia el calor y el movimiento ascendente, simbolizando la transformación y el dinamismo. Asociado con el sur, el verano y el rojo, encarna el pico de actividad y calidez. El fuego gobierna el corazón, el asiento de la conciencia y la claridad emocional. Su expresión emocional es la alegría, que representa el florecimiento de la vitalidad y la conexión.